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RESILIENCIA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LA GESTIÓN DE RIESGOS

El Sexto Congreso Internacional de Gestión Integral de Riesgo y Resiliencia en Ciudades reunió a expertos y líderes comunitarios para analizar el papel de la perspectiva de género en la prevención y recuperación de desastres. Se destacó la importancia de incluir a las mujeres en la toma de decisiones, diseñar estrategias de protección ante crisis y garantizar su acceso a recursos económicos para fortalecer su resiliencia.

La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil organizó el Sexto Congreso Internacional de Gestión Integral de Riesgos y Resilencia en Ciudades: Fortaleciendo las capacidades locales para la resiliencia comunitaria, celebrado del 24 al 26 de febrero de 2025 en Expo Reforma Canaco, Ciudad de México. Este evento reunió a expertos nacionales e internacionales, líderes comunitarios, funcionarios públicos, representantes de ONG y del sector privado para analizar estrategias que fortalezcan la resiliencia de las comunidades ante desastres y crisis.

En el tercer día del Congreso se llevaron a cabo cuatro paneles enfocados a Comunidades, Género y Desastres y Recuperación y Reconstrucción Inclusiva. Ambos abordaron temas fundamentales como la equidad de género en la gestión de desastres, el impacto diferenciado de las crisis en mujeres y niñas, así como estrategias para lograr una recuperación sostenible y equitativa.

LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LA GESTIÓN DE RIESGOS

Uno de los puntos más resaltantes fue la importancia de incluir a las mujeres en los comités de respuesta a emergencias. “Si las mujeres no participan en los comités de respuesta, no se está pensando en sus necesidades”, señalaron diversas ponentes. A esto se sumó la urgencia de diseñar estrategias que incluyan protección específica para mujeres y niñas en situaciones de crisis, ya que, como mencionó la experta María

del Sol Sánchez Rabanal, Oficial Nacional de Género de PNUD México, “las crisis aumentan la trata de personas y la explotación sexual. Cuando hay problemas más estructurales es cuando se disparan los temas más delicados”.

Ana Lorena Gudiño Valdez, coordina- dora de la Alianza Mexicana – Alemana de Cambio Climático IV – Clúster Clima de GIZ México, profundizó en el vínculo entre cambio climático y vulnerabilidad de género: “No existen desastres naturales; son fenómenos naturales que terminan en desastres porque no hay buena prevención para proteger los espacios”. Agregó que es fundamental considerar la pobreza y la falta de acceso a recursos en la evaluación del riesgo, ya que estos factores incrementan la vulnerabilidad de las comunidades, especialmente de las mujeres.

Patricia López Romero, coordinadora de Proyectos y Estados en la Red DDESER, expuso la realidad de muchas comunidades rurales de Oaxaca y Chiapas tras desastres naturales: “A las mujeres les pedían favores sexuales para darles agua, alimentos o ayuda para sus comunidades”. Esta alarmante situación refleja la necesidad de fortalecer protocolos de seguridad para mujeres en emergencias.

PARTICIPACIÓN POLÍTICA Y LIDERAZGO FEMENINO EN LA RECONSTRUCCIÓN

El Congreso también resaltó la evolución de la participación política de las mujeres en México. “Este año 2025 cumplimos 70 años desde que la mujer votó por primera vez”, recordó Rossana Andrea Terán Rojas, coordinadora de Estrategias de Resiliencia de SGIRPC, enfatizando que las mujeres han tejido su fortaleza a lo largo del tiempo y que su participación ha trascendido al ámbito político, alcanzando todos los espacios de la vida pública. Un claro ejemplo es la presencia de mujeres en la toma de decisiones para la reconstrucción y recuperación tras desastres naturales.

Desde una perspectiva más práctica, Diana Caicedo, gerenta de Inclusión, Diversidad y Equidad de la Red LAC de Mujeres para la RRD, señaló que “las crisis agudizan las violencias”, por lo que es crucial implementar mecanismos sensibles de respuesta humanitaria y capacitar a los funcionarios encargados de atender a las poblaciones vulnerables. Además, hizo hincapié en la necesidad de desarrollar estrategias que fomenten la inclusión financiera de las mujeres, promoviendo microcréditos y programas de capacitación.

CASOS EMBLEMÁTICOS Y APRENDIZAJES DE DESASTRES ANTERIORES

Durante el panel, se analizaron diversas experiencias de resiliencia co- munitaria. Un caso destacado fue el del terremoto de 2017 en Ciudad de México. “Hubo una gran participación de colectivas y organizaciones feministas que, al evaluar los daños, también llevaron educación integral a las comunidades afectadas”, compartió Rossana Terán Rojas, Se resaltó que, a pesar del caos, los refugios y campamentos lograron prevenir conatos de violencia, gracias a intervenciones oportunas en favor de mujeres en situación de vulnerabilidad.

Por otro lado, Celia Ramírez A., presidenta del Instituto Integral para la Gestión Social del Riesgo de Desastres y Cambio Climático en Acapul- co, relató su experiencia con desastres como el Huracán Paulina y Otis. “A pesar de haber pasado 27 años del Paulina, las emociones volvieron a revivirse”, comentó, explicando cómo el trauma de eventos pasados resurge con nuevas crisis. Para atender esta problemática, enfatizó la importancia de programas de apoyo psicológico como la risoterapia y la capacitación de brigadistas comunitarios en atención emocional.

IMPACTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y RECONSTRUCCIÓN SOSTENIBLE

El Congreso abordó también la relación entre cambio climático y gestión de riesgos. “Estamos propensos a daños físicos y, si sumamos la variable climática, debemos considerar también la óptica ambiental”, explicó Ana Gudiño Valdez. Destacó que, en ciudades como Ciudad de México, fenómenos como olas de calor e inundaciones se están volviendo más frecuentes, lo que demanda estrategias de adaptación que integren la equidad de género.

Asimismo, se discutió la urgencia de garantizar condiciones dignas en la reconstrucción. “Tenemos que pensar en cómo generar caminos para la restauración de procesos, riqueza y supervivencia económica”, expuso Ana Gudiño. Se subrayó que, cuando una mujer tiene acceso a recursos económicos, puede garantizar una vida digna para su familia y reducir su vulnerabilidad en contextos de crisis.

PROTECCIÓN ANIMAL EN EMERGENCIAS: UNA DIMENSIÓN OLVIDADA

Un aspecto novedoso fue la inclusión del bienestar animal en la gestión de riesgos. Felipe Márquez Muñoz, gerente del Programa de Respuesta a Desastres en América Latina en Humane World for Animals, destacó que la protección de los animales no sólo es una cuestión ética, sino que influye en la recuperación emocional de las comunidades. “En los sismos de 2017, muchas personas regresaron a los edificios colapsados para rescatar a sus mascotas, poniendo en riesgo sus vidas”, explicó. Subrayó la importancia de considerar a los animales en los censos y en la planificación de emergencias, así como de incluir suministros para ellos en las mochilas de emergencia.

CONCLUSIONES Y DESAFÍOS FUTUROS

El Sexto Congreso Internacional dejó claro que la resiliencia no es sólo cuestión de infraestructura, sino de construcción de sociedades más equitativas e incluyentes. “Los desastres no son neutrales al género; si ya nos quedó claro que hay riesgos inherentes y condiciones de vulnerabilidad, hay que atender esas diferencias y construir igualdad”, concluyó Diana Caicedo.

Se destacó la importancia de capacitar a equi- pos de emergencia con enfoque de género, diseñar espacios seguros para mujeres y niñas en albergues y garantizar su acceso a recursos económicos y formación laboral. “Tener una visión feminista no es un lujo, es una necesidad. Es así como se construye la resiliencia”, enfatizó María del Sol.

El reto ahora es convertir estas reflexiones en acciones concretas. Como mencionó Rossana Terán: “Está en nuestras manos actuar para cambiar los rumbos”.