EL DESAFÍO TECNOLÓGICO Y EL FACTOR HUMANO EN LA SEGURIDAD
eL uso de sistemas eLectrónicos avanzados para La vigiLancia de instaLaciones como cámaras inteLigentes, drones, sistemas de intrusión, entre otros, han mitigado en gran medida, Los errores derivados aL factor humano.
La tecnología ha transformado nuestras vidas de manera inimaginable, facilitando la comunicación, mejorando la eficiencia y la eficacia en los procesos y proporcionando acceso a una cantidad infinita de información, sin embargo; esta revolución tecnológica ha generado una serie de riesgos asociados al factor humano, que no son ajenos a la industria de la seguridad.
El uso de sistemas electrónicos avanzados para la vigilancia de instalaciones como cámaras inteligentes, drones, sistemas de intrusión, entre otros, han mitigado en gran medida, los errores derivados al factor humano. Asimismo, la Inteligencia Artificial, el big data, blockchain y la realidad virtual han sido aprovechados en el entorno de la seguridad para investigaciones y capacitación del personal.
Ante este avance acelerado y desmedido de la entrada de nuevas tecnologías, es importante reflexionar de qué tan cerca estamos cada vez más de la dependencia de sistemas electrónicos y tan lejos del factor humano en la seguridad, pues no debemos olvidar que ésta se sustenta en tres pilares: tecnología, procesos y personas. Un sistema de seguridad efectivo, debe equilibrar estos tres aspectos, la tarea no es sencilla, pues con cada nueva tecnología pareciera que el factor humano pierde el papel protagónico en la seguridad.
La realidad de las cosas es que las personas son las que diseñan los procesos, las que los llevan a la práctica y las que pueden tomar decisiones en un ámbito de seguridad en el cual, quizás el uso de un software o una aplicación aún no sea capaz de distinguir entre una buena o mala decisión basada en el sentido común, experiencia o el raciocinio que el cerebro del ser humano tiene como parte de su naturaleza. Las herramientas tecnológicas deben ser consideradas como una ayuda para facilitar las tareas de seguridad, obtener resultados más confiables y reducir la posibilidad del error humano. Ninguna organización debería descansar todo su sistema de seguridad solamente en la tecnología.
A través de la Inteligencia Artificial, big data y del blockchain podemos tener acceso a una cantidad infinita de información que nos serviría para tomar una decisión, misma que será ejecutada por un ser humano, un sistema de intrusión generará una alerta ante cualquier acceso no autorizado a una instalación, pero quien activará o no el protocolo de reacción será un ser humano dependiendo si fue una falsa alarma o no.
El uso de las tecnologías a utilizar para mitigar el riesgo, será definido por una evaluación de riesgos que elaborará un ser humano si bien con ayuda de información proporcionada por ayudas informáticas, pero quien puede clasificarla, analizarla y establecer una relación será nuevamente el ser humano, por tanto, la base de la pirámide: personas-procesos-tecnología siempre deberá ser el factor humano.
Con base en lo anterior, la necesidad de contar con personal cada vez más capacitado y con mayores competencias en el uso de las nuevas tecnologías es una obligación hoy en día para todas las organizaciones. Las personas son el eslabón más crítico en lacadena de seguridad, la educación y la concienciación son fundamentales para mitigar los riesgos humanos. Ahora bien, los procesos son esenciales para garantizar que la tecnología se utilice de manera efectiva y segura, incluyen políticas, procedimientos y prácticas que guían el uso de la tecnología y el actuar del ser humano.
AUTOMATIZACIÓN DE PROCESOS
La relación entre la tecnología y los procesos es fuerte, sobre todo, con la automatización de aquellos que son repetitivos y consumen mucho tiempo, lo cual permite que el personal cuente con la disponibilidad y concentración en la realización de aquellas tareas más estratégicas para la organización. La automatización de procesos, podría reducir la necesidad de personal que opere
una máquina, pero requerirá a alguien que la programe o le proporcione mantenimiento, en resumidas cuentas. Por un lado, hay un ahorro de personal, pero por otro se requiere, y de esa manera nos podemos dar cuenta cómo el factor humano, no dejará de ser indispensable, al menos no por ahora.
Otro factor importante a considerar en un entorno de seguridad, es la adaptabilidad para ajustar las estrategias de seguridad en respuesta a nuevas amenazas y cambios en el entorno tecnológico. La adaptabilidad es clave para mantener la relevancia y efectividad de las medidas de seguridad, hoy en día el pez más grande ya no se come al más chico, sino el más rápido al más lento.
Esta capacidad es indispensable para sobrevivir ante los constantes cambios y avances y en particular en la industria de la seguridad, en donde la capacidad de innovación para aquellos que buscan hacer daño a los activos de una empresa parece no tener límites. El factor humano, por tanto, debe estar abierto a nuevos aprendizajes y responder de manera casi inmediata a esos cambios tecnológicos.
En un ambiente de seguridad, la tecnología, el factor humano y los procesos, deberían complementarse y convivir de manera armónica, formando un engranaje perfecto para el movimiento de ese complejo sistema. El líder en seguridad debe garantizar que los recursos se distribuyan de manera equilibrada entre tecnología, procesos y personas, esto puede implicar reducir la inversión en tecnología en áreas de bajo riesgo y aumentar la capacitación del personal en áreas críticas.
Un enfoque equilibrado asegura que todos los aspectos de la seguridad estén adecuadamente cubiertos. Encontrar el equilibrio adecuado entre tecnología, procesos y personas requiere una evaluación continua y un enfoque flexible. Lograr un balance es esencial para crear un entorno seguro y resiliente. La tecnología proporciona las herramientas necesarias, los procesos aseguran que estas herramientas se utilicen de manera efectiva, y las personas son responsables de implementar y mantener estas prácticas de seguridad. Al equilibrar estos tres pilares, las organizaciones pueden protegerse mejor contra las amenazas y vulnerabilidades en la era digital.