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EL EFECTO ESCOTOMA, UNA AMENAZA “INVISIBLE”

El potencial de efectividad de las acciones humanas para lo- grar sus objetivos depende del nivel de pertinencia de las decisiones de las que se derivan, lo cual a su vez está deter- minado, no tanto por la “cantidad” sino de la “calidad” de

la información en que se sustentan.
Se puede considerar que el ser humano se desempeña como

una “fábrica”, la cual se alimenta de información (entendida como datos útiles para decidir acerca de un tema en particular) como “ma- teria prima”, que se “transforma” por medio de un “proceso” en que se aplican ciertos “criterios de valoración”, el razonamiento, para “producir” las decisiones que determinan las acciones que ha de em- prender. Para ello, esta información se conforma a través de otro “pro- ceso”, en el que se extraen los “datos útiles” de un acervo de datos adquiridos, aplicando ciertos “criterios de selección”, lo que en con- junto se puede considera como un virtual “proceso de datos”.

EL EFECTO ESCOTOMA, UNA AMENAZA “INVISIBLE”

El “funcionamiento” global de este “proceso” se sustenta en el mecanismo DIDA (Detectar, Identificar, Decidir, Actuar), en el cual con la Detección se adquiere el Acervo de Datos, y se realiza a través de los sentidos (Vista, Oído, Olfato, Gusto y Tacto). El problema surge cuando alguno o algunos de los sentidos presenta alguna deficiencia en su funcionamiento, ya sea tem- poral o permanente, ya que esto podría comprometer la calidad de datos adquiridos, lo cual repercutirá, ine- vitablemente y por un efecto de encadenamiento, en la calidad de la información, la pertinencia de las decisio- nes y, por ende, en el potencial de efectividad de lasacciones que se emprendan.

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¿CÓMO IMPACTA EN LA SEGURIDAD?

En el contexto del ejercicio profesional en el ámbito de la Seguridad, estas posibles deficiencias en el fun- cionamiento de los sentidos, que inciden en la Detec- ción, pueden repercutir en las cruciales tareas de la Observación, a través de las cuales se puede detec- tar el surgimiento de riesgos y amenazas. De todos los sentidos, el de mayor impacto es la Vista, ya que el ser humano es una entidad primordialmente visual, de tal suerte que las deficiencias en un sentido “visual” tienen un gran impacto en la actuación del factor hu- mano en estas tareas.

Existe una cierta diversidad de deficiencias en la vista, algunas de las cuales son corregibles por me- dio de soluciones de prótesis (lentes) como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, otras que requie- ren de un tratamiento clínico (cirugía) como las cataratas, así como algunas que prácticamente son irremediables, como el daltonismo, que incluso pueden ser un impedimento para realizar ciertas labores, como la Videovigilancia. Entre estas deficiencias se tie- ne el escotoma (del griego skotos que significa “obscuridad” o “tinie- blas”) que se puede proyectar en tres vertientes: física o fisiológica, mental-psicológica y de reciente surgimiento, tecnológica.

Lo que se puede considerar como la vertiente original es el esco- toma físico o fisiológico que consiste en una deficiencia en el sentido de la vista, que provoca la presencia de un “punto ciego” en la visión del observador, lo que es una condición “natural” en la visión mono- cular (cuando sólo se enfoca con un solo ojo), que se “corrige” con la visión estereoscópica “normal” de la vista humana (enfocando con los dos ojos) que permite la percepción tridimensional de profundidad.

Pero que también puede ser provocada como secuela de una le- sión en la retina o el nervio óptico, en las áreas visuales del cerebro o por una alteración vascular, por ejemplo, el estrés o los ataques de migraña. Esta deficiencia puede ser de carácter temporal (estrés, al- teración en los niveles de glucosa en la sangre o ataques de migraña), parcial o permanente (causas congénitas o patológicas) y presentarse en forma de escotoma positivo (si el observador de percata de la de- ficiencia) o negativo (si el observador no se percata de la deficiencia). Esta vertiente es superable cuando se presenta de manera temporal o parcial y en forma positiva, mediane una simple maniobra de “barri- do” del campo visual, para compensar la ubicación del “punto ciego”. El efecto resultante de esta vertiente es que “la mente ve lo que puede ver”.

EL EFECTO ESCOTOMA, UNA AMENAZA “INVISIBLE”

ESCOTOMA MENTAL, TECNOLÓGICO Y FÍSICO

El escotoma mental o psicológico se produce cuando la “imagen” con los datos o información entregada a la mente del observador, se “procesa” aplicando como referentes ciertos patrones prestablecidos, por lo regular en forma de estereotipos o paradigmas, e incluso en situaciones de crisis, por ejemplo en emergencias, por el “síndrome de túnel cognitivo”, a consecuencia de las inevitables alteraciones emocionales la aplicación de estos referentes provoca que la atención, y eventual valoración por parte del observador se enfoque en los parámetros de estos paradigmas, y en consecuencia se omita o ignore la presencia de otros componentes en el contenido de la “imagen” que pudieran ser indicativos del surgimiento de fenómenos no previstos, que a su vez podrán entrañar mayor potencial de riesgo o amenaza que los ya conocidos.

Algunas formas de esta vertiente podrían ser las visiones de tipo clasista, racista o incluso sexista, que ignoran o no perciben la presencia de personal de servicio, personas de otra raza o personas de otro género, por lo regular femenino, que pueden ser vectores de alto riesgo, como los guerrilleros urbanos del Vietcong durante la Guerra de Vietnam, los espías afroamericanos infiltrados en el Ejército Confederado en la Guerra Civil, o las mujeres musulmanas en atentados suicidas en los conflictos de Medio Oriente.

Esta vertiente se puede presentar en forma positiva o negativa, si el observador se percata o no de ello, y es superable sólo en su forma positiva y además se tiene una actitud abierta, con disposición para trascender los estereotipos o paradigmas, y considerar otras posibilidades para identificar y aceptar variaciones en lo conocida, así como condiciones y situaciones inéditas (lo que ya ha ocurrido puede volver a ocurrir, pero de diferente manera, y lo que nunca ha ocurrido puede llegar a ocurrir). El efecto resultante de esta vertiente es una especie de virtual “autocensura” en la que “la mente ve lo que quiere ver”.

Lo que se puede describir como el escotoma tecnológico es una vertiente que surge a partir del uso cada día más amplio de recursos de tecnología en apoyo a las tareas de observación, y está determinada por las funcionalidades de estos recursos, pero en especial en sus limitaciones. El efecto que se produce con esta vertiente es que el contenido de la “imagen” con los datos o información entregada a la mente del observador no incluye todos los elementos presentes en el lugar y momento en que ocurren los hechos captados, lo que se proyecta como una degradación de su fidelidad, que a su vez podría omitir o “enmascarar” indicadores de condiciones y situaciones con mayor potencial de riesgo. El efecto resultante de esta vertiente es una especie “censura” en la que “la mente sólo ve lo que le permiten ver”, con el agravante del desconocimiento e incertidumbre en cuanto a que puede haber algo más que lo mostrado.

FIDELIDAD DE IMAGEN

El ejemplo más ilustrativo de no sólo de este efecto, sino de la conjunción de los efectos de las tres vertientes, son los sistemas de videovigilancia, con el nivel de degradación de la fidelidad del contenido de la “imagen” con los datos de lo ocurrido respecto a lo entregado está determinado por los siguientes factores:

  • Las facilidades de “visualización” en el espacio bajo vigilancia para poder localizar e identificar los componentes de “contenido de imagen” (iluminación, visibilidad y “distinguibilidad”).

  • El efecto de escotoma tecnológico compuesto por:

    1. a)  Las capacidades funcionales de “campo visual” del lente para captar “imágenes” en el espacio

      bajo vigilancia (alcance y ángulo de apertura).

    2. b)  Las capacidades funcionales de la cámara para re- gistrar las “imágenes” del “campo visual” cubierto

      por el lente (resolución, sensibilidad y “shooter”).

    3. c)  La capacidad operativa del medo de transmisión para transferir sin distorsiones las “imágenes” (ancho de banda).

    4. d)  Los algoritmos de procesamiento de las “imágenes”, en especial las funciones de “filtrado” con el uso de herramientas de inteligencia artificial (IA), que configuran un efecto similar al escotoma mental o psicológico, pero sin la capacidad de discernimiento del factor humano para trascender estas limitaciones.

    5. e)  Las capacidades funcionales del monitor para proyectar las “imágenes” en forma discernible para el observador (multiplicidad de imágenes y resolución).

  • El efecto integral de las diversas deficiencias en el sentido de la vista, ya sea propios (miopía, hipermetropía, astigmatismo, presbicia, cataratas, glaucoma), o asociados a otras condiciones (estrés, ritmos circadianos cuyo efecto se puede reducir con el consumo de melatonina) o padecimientos (migraña, variaciones de le glucosa en la sangre por diabetes), en especial las que provocan el efecto del escotoma físico o fisiológico en la percepción del campo visual del observador.

  • El efecto de escotoma mental o psicológico en la mente del observador, que se puede intensificar por algunas circunstancias de índole personal y particular, como el desgaste físico asociado a la dinámica biológica de los ritmos circadianos, los sesgos y matices de percepción inducidas por vivencias y experiencias de alguna forma traumáticas a nivel personal, así como un “exceso de confianza” en los apoyos de las funcionalidades de los recursos de tecnología, por lo que se puede considerar como un “síndrome de espejismo”.

EL EFECTO ESCOTOMA, UNA AMENAZA “INVISIBLE”

En la vertiente del escotoma físico, es el caso de los daltónicos, que no serían útiles en la operación por la distorsión cromática, pero sí en el análisis forense precisamente porque podrían percatarse de algunos detalles difíciles de detectar con los perfiles de sensibilidad cromática “normales”. Incluso, personas con escotoma monocular (en un solo ojo), sólo verían afectada su capacidad de percepción tridimensional, lo que no es impedimento para la observación de un monitor que proyectan imágenes bidimensionales, en donde la dimensión de “profundidad” se obtiene mediante técnicas de valoración comparativa entre componentes del contenido de las mismas imágenes.

La degradación de la fidelidad que resulta de la conjunción de es- tos factores produce en efecto integrado en el que “la mente ve lo que le permiten, puede y quiere ver”, lo que limita los referentes para el razonamiento de valoración, compromete la pertinencia de las decisiones y por ende el potencial de efectividad en la actuación.

EL EFECTO ESCOTOMA, UNA AMENAZA “INVISIBLE”

Todas las acciones del factor humano pretenden el logro de algún objetivo y son producto de ciertas decisiones, cuyas perspectivas de efectividad, y eventual éxito, están determinadas por la pertinencia de tales decisiones, lo que, a su vez, depende de la medida en que en el “contenido” de la información en que se sustentan se contemplen todos los factores involucrados, en especial los que puedan proyectar repercusiones de riesgo. Para este propósito, la omisión de alguno de estos factores “de riesgo” puede comprometer significativamente la pertinencia de las decisiones, y en consecuencia las perspectivas de efectividad y eventual éxito de dichas acciones.

En este contexto, precisamente por las posibles repercusiones de riesgo que se proyectan, este efecto escotoma se perfila como un vector de amenaza virtualmente “invisible” en dos sentidos: en principio, porque oculta y enmascara la presencia de factores con un posible mayor potencial de riesgo, principalmente por su carácter imprevisible y por ende impredecible; pero también porque su presencia y condición como “problema” en muchas ocasiones no son perceptibles para tener la oportunidad de buscar alguna forma de “solución” para anular o al menos reducir las repercusiones de los posibles riesgos. Y en particular en el ámbito de la Seguridad, dichas repercusiones son de gran impacto, de consecuencias críticas, ya que pueden provocar alguna forma de pérdidas, en especial de vidas humanas.

Este efecto escotoma es un fenómeno que siempre ha existido por las características físicas y mentales propias de la naturaleza humana con repercusiones en todos los ámbitos. Un ejemplo muy ilustrativo de ello se presenta en los altos niveles de mando en las grandes organizaciones (empresariales o políticas), en donde sus líderes dependen de colaboradores para “dosificar” el suministro de información para reducir el problema de saturación, pero se depende del criterio de éstos últimos, de forma similar al escotoma tecnológico, para “filtrar” dicha información, lo que cuestiona el mito de que “el líder máximo (director o presidente) es la persona mejor informada”.

En el ámbito particular de la Seguridad, las repercusiones, sobre todo las adversas, inciden primordialmente en los servicios de Seguridad Física, en todas sus modalidades (guardaespaldas, intramuros y custodios), y Monitoreo de Videovigilancia, pero también en los de Monitoreo de Sistemas de Alarmas y de Rastreo Vehicular al menos en las vertientes mental y tecnológica. Por ello, y ante la intensificación de estas repercusiones por las innovaciones funcionales de los avances tecnológicos en procesamiento de datos(en la práctica como alguna forma de “filtrado”), se puede proyectar a este efecto escotoma como un fenómeno en constante evolución, dinámico y heterogéneo, para el que se debe construir alguna forma de respuestas innovadoras para evitar que se puedan convertir en problemas críticos, las cuales muy probablemente requerirá del desarrollo e implementación de esquemas de regulación y organización de la operación, así como modelos de formación (capacitación y adiestramiento) del factor humano acordes a estas nuevas condiciones.

“El que no aplique nuevos remedios debe esperar nuevos males, porque el tiempo es el máximo innovador”, Sir Francis Bacon

Con la colaboración del Dr. Arturo Pérez Barragán (Oftalmólogo), Dr. José Gerardo Sierra Díaz (Oftalmólogo), Dra. Nadine Terrein Roc- catti (Psicóloga), Mtra. Ileana Marisol Rojas López (Seguridad), Lic. Ga- briel Esteban Escobar González (Seguridad), Ing. Heriberto Moncada Medrano (C5, Tamaulipas), Elida Maribel Gallardo Marín (C5, Matamo- ros, Tamaulipas) y Arturo Toledo Ibarra (C5 Escudo Urbano, Jalisco).

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